Volver a Crear
Por Gauri Rivas.
¿Recuerdas la última vez que sentiste esa chispa de emoción al crear algo nuevo? Para mí, hubo un tiempo en el que la creatividad simplemente fluía de manera natural. Pero con el paso de los años, y el ritmo acelerado de la vida profesional, ese lado de mí se fue apagando poco a poco. No desapareció del todo, pero quedó relegado a un rincón olvidado, ahogado por las prioridades de un mundo que no deja espacio para detenerse.
Amo mi trabajo como Gerente Comercial. El dinamismo, los retos, las estrategias y las conexiones humanas me apasionan profundamente. Pero también he aprendido que es un mundo que puede consumirte si no trazas un límite, si no recuerdas que hay más cosas que te definen.
Y así, llegó un momento en el que me sentí desconectada de algo esencial. Me había convertido en alguien tan enfocado en cumplir expectativas externas que había olvidado cómo escucharme a mí misma. Fue ahí cuando decidí que necesitaba un cambio.
Redescubriendo mi lado creativo
Volver a la creatividad no fue un acto inmediato ni un momento de revelación repentino. Fue como encender una chispa y observar cómo poco a poco comenzaba a iluminar rincones que había dejado en penumbra.
Escribir, por ejemplo, me regala claridad en los días llenos de caos. La fotografía me invita a observar el mundo con otros ojos, a encontrar belleza en lo cotidiano. Y la pintura, aunque todavía es un territorio que exploro con timidez, me ha regalado momentos de libertad que no cambio por nada.
No siempre es fácil. Hay días en los que siento que las responsabilidades me superan, que el tiempo no alcanza, que la vida profesional exige más de lo que tengo para dar. Pero he aprendido a encontrar pequeños espacios, minutos robados al día, en los que puedo volver a esa versión más libre de mí misma.
¿Realmente existe el balance?
Mucho se habla del balance entre la vida personal y profesional. La palabra "balance" suena idílica, casi como una promesa de que todo puede encajar perfectamente si encontramos la fórmula correcta. Pero la verdad es que ya no estoy segura de creer en él. He aprendido que el equilibrio perfecto puede ser un espejismo. Lo que importa no es dividir el tiempo en partes iguales, sino encontrar la manera en que ambas facetas de mi vida puedan coexistir. Mi creatividad alimenta mi trabajo, y mi trabajo alimenta mi creatividad.
La creatividad me ha ayudado a encontrar soluciones innovadoras, a conectar mejor con las personas y a abordar los desafíos con una mente más abierta. Y, al mismo tiempo, mi vida profesional me ha dado historias, experiencias y aprendizajes que nutren lo que escribo, las imágenes que capturo y los colores que plasmo.
Un recordatorio para ti
Si te has sentido atrapado en la rutina, desconectado de lo que te hace vibrar, quiero decirte algo: nunca es tarde para volver a ti. No importa si hace años que no practicas ese hobby, si dejaste de tocar algún instrumento porque la vida se interpuso, o si piensas que ya no tienes tiempo para redescubrir aquello que te apasiona. Siempre hay un instante, por pequeño que sea, para dar el primer paso.
Quizá ese paso sea diseñar algo sencillo, dibujar al terminar el día o simplemente recordar qué te hacía feliz cuando eras niño. No importa cómo empieces, lo importante es que lo hagas. Porque, al final, la vida no se trata solo de cumplir metas o alcanzar objetivos, sino de encontrar esos momentos que te recuerdan quién eres.
Hoy, yo sigo en ese camino. Fallo a menudo, me pierdo entre las exigencias del día a día, pero siempre vuelvo. Porque volver a mi lado creativo no es solo un acto de pasión, es un acto de amor hacia mí misma. Es recordarme que soy más que mis metas, más que lo que los demás esperan de mí.
Y tú también lo eres.
Así que hazlo, aunque sea en pequeños pasos. Permítete fallar, equivocarte, volver a intentar. No estás solo en esta búsqueda: todos luchamos por reconectarnos con lo que somos. Pero lo más importante es no dejar de buscar.